lunes, 12 de diciembre de 2016

chistes de Marcianos


Gallego marciano

Bajan los marcianos de la nave, se acercan a la casa del gallego Paco:
-¿Quién es?
- Venimos de Marte!
-¿De marte de quién?

Papa los marcianos

¿Papá, los marcianos son amigos o enemigos?
- ¿Por qué lo preguntas, hijo?
- Es que se están llevando a mi abuelita.
- Pues entonces, son amigos!!!

En La puerta

 ¡Mamá, mamá, en la puerta hay dos extraterrestres!
- ¿Dos extraterrestres? ¿Pero qué dices niño?
- Qué sí, que sí, ¡Ven a verlos!
La madre sale corriendo, abre la puerta y ve a dos señores enchaquetados y encorbatados que le dicen: "Buenos días Sra. somos de Planeta de Agostini."

ET

¿En qué se diferencia el hombre y ET?
En que por lo menos ET intentó llamar a la casa.


Amigos

- ¿Papá, los marcianos son amigos o enemigos?
- ¿Por qué lo preguntas, hijo?
- Es que se están llevando a mi abuelita.
- ¡Pues entonces, son amigos!

Una Pareja

Una pareja de recién casados pasan su luna de miel en una casa en las afueras de la ciudad, cuando en mitad de la noche son sorprendidos por extraños ruidos y luces multicolores que vienen desde el jardín.
Se levantan sin ropa, como estaban, y ven que hay una nave de la cual descienden una pareja de seres de otro planeta, muy similares a ellos aunque un poco más espigados y cabezones.
Los visitantes explican que vienen en una misión de intercambio, y los recién casados los invitan a seguir a su casa.
Después de una animada conversación y unos cuantos cócteles venusinos, los terrícolas aceptan hacer el intercambio (de parejas) propuesto por los visitantes.
Cada uno de los varones va y se acuesta con la pareja del otro. Al otro día, una vez que los extraterrestres se han ido, los recién casados se sientan a contarse las experiencias vividas la noche anterior y la primera en hablar es la dama:
-En un principio -dice ella- sentí un poco de decepción y risa al ver que el tamaño del órgano reproductor del marciano parecía el de un niño de 5 años, pero inmediatamente él, me explico que el tamaño lo podían acoplar solamente torciéndose las orejas en rosca izquierda o derecha, según la exigencia de la pareja. Fue así como en segundos llegamos a "ese" tamaño que yo deseaba y la pasamos de maravilla. ¿Y a ti, como te fue?
-¡Mal! -contesta el hombre tirándose de espaldas en el sofá- Yo creí que esa marciana se había vuelto loca, porque estuvo desesperada toda la noche ¡TORCIÉNDOME LAS OREJAS!

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