jueves, 27 de octubre de 2016

Chistes de animales para reir y reir



Los piojos

- ¿Qué hace un piojo en la cabeza de un calvo?
- ¡Desintoxicación!

El hacha

Un juez le pregunta al acusado:
- Señor, se le acusa de tratar matar a su suegra con un hacha, ¿cómo se declara?
- ¡Inocente, Su Señorial... ¡Sólo pretendía espantar la mosca que tenía en la frente!


La caperucita


Caperucita Roja fue a visitar a su abuelita sin saber que el lobo ya había dado buena cuenta de ella...
- Abuelita, qué ojos tan grandes tienes.
- Es para verte mejor.
Nuevamente, Caperucita mira a su abuelita y dice:
- Abuelita, qué orejas tan grandes tienes.
- Es para escucharte mejor.
Caperucita vuelve a insistir:
- Abuelita, qué nariz tan grande tienes.
- Es para olerte mejor.
Caperucita vuelve a la carga:
- Abuelita, qué boca tan grande tienes.
- ¿A qué viniste?, ¿a visitarme o a criticarme?


El mosco

Le dice el mosquito hijo a su madre:
- Mamá, mamá, ¿por que tenemos que visitar cada viernes esta horrible mancha en la pared?
-¡Niño!, ¡más respeto a la memoria de tu padre!

La mancha


Le dice el mosquito hijo a su madre:
- Mamá, mamá, ¿por que tenemos que visitar cada viernes esta horrible mancha en la pared?
-¡Niño!, ¡más respeto a la memoria de tu padre!


Los zapatos

- Me compré un par de zapatos de cocodrilo, pero tuve que devolverlos.
- ¿Por qué?
- Es que mi cocodrilo tiene cuatro patas y no le sirven solo un par...

El caballo


- Oiga, ¿no le parece extraño que ese caballo le haya pedido un whisky?
- Pues sí, muy extraño: ese caballo siempre pide agua mineral sin gas.

Ratatatatata


- ¿Qué hace una rata con una metralleta?- RATATATATATATATATATATA

El Gato


Un señor odia al gato de su mujer porqué no hace más que arañarle a traición y decide hacerlo desaparecer. Lo mete en una bolsa y lo lleva en el coche a 20 kilómetros de su casa.
Cuando vuelve, el gato está sentado en el portal de la casa. Nervioso, el tipo repite la operación, pero ahora lo abandona a 40 kilómetros de su casa. Cuando vuelve, el gato otra vez está esperándolo en la puerta.
El hombre enfadado; agarra el gato, lo pone en el coche y recorre 93 kilómetros al este, 30 al norte, 27 al oeste y 25 hacia el sur... Suelta el gato y emprende el regreso a casa.
Al cabo de un rato, llama a su mujer por el móvil y le dice:
- Cariño, ¿el gato está por ahí?
- Acaba de llegar, ¿por qué, querido?
- Pon a ese desgraciado al teléfono, que me he perdido!!!

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